septiembre 09, 2017

La última llamada

Había cruzado ya un par de veces por aquel teatro. Una tercera despertaría las dudas de espectadores que bebían en sus manos la última llamada a las afueras, a pesar de que los murmullos casi le volvían una ente vagante de la cual algunos cuantos serían sensibles a esa caricia de distracción; un sorbido borroso, una sonrisa angular, un parpadeo sordo.
No hacía falta reparar en sus ropajes desaliñadas, elegantes o cómodas respecto a rostros vergonzosos de pudor, angustia y aprehensión. Únicamente, estratégicamente sigilosa, concentró su silencio entre las puertas de aquel bullicio que tomaba los números por las espaldas, cual manifestación dopada por la incertidumbre del acto siguiente

Música en vivo.
Oscuros y fuegos artificiales entonaron una orquesta ebria casi delirante,
que amenazó la amargura de las gargantas atadas de expresiones que el raciocinio común no ha conseguido descolonizar. Algunos cristales nerviosos resquebrajaron sus astillas en copas ante los pies. Algunos poros fueron vaho, frío y calor. Asesinatos continuos e inmediatos des filaron como ciempiés mientras sílabas rompían de par en par en par subtítulos mentales. Nadie apenas entendía qué sucedía o cuál era el escenario, si hubo un personaje principal, antagónico o paradójico. La vida ahí parecía una y absoluta cámara oscura.

Corte A. Segundo acto. Todo sigue igual.
El tiempo sin manecillas, el lenguaje sin lenguas, el orden sin caos en el máximo olvido. Elíxir y fuente, la propia extinción de mancos, tuertas y célibes que entre gemidos ahogados se abrían el telón.

Esta es la última llamada, última.
Comenzamos…

agosto 29, 2017

Hilos de baba

no odio tu lengua que me maldijo con sus vísceras dilatadas,
me chupó el cuello, los pezones y las heridas que abrió con su filo fino,
hundió las papilas en mi vulva y me negó sus pulpas cuando se abrían paso las mías,
entonó melodías para arroparme las angustias impetuosas,
imperó en teorías y vaguedades remotas de nuestros egos hediondos y putrefactos,
solapó esencias ilusiorias de consistencias desconocidas,
trenzó mis nervios entre placeres y furias,
socavó las cáscaras de los frutos que apenas cosechaba el paladar,
no odio nuestras lenguas que lamieron los colores del alma y, que ahora,
entre andares, ventizcas, especias, estrellas y mareas,
transpiran los poros de mi esencia.

agosto 20, 2017

Ternura Radical



Ellas. Ellas son mis nuevos referentes.
Una mujer que transgrede su propia cuerpa en el escenario como la proyección de una parábola del latente peligro que sufrimos las mujeres, por la única razón de ser mujeres. Mezcalina me erizó, me contrajo, me frunció el ceño, me conmovió, me paralizó, me mojó, me hizo sentir viva. 
Somos sangre viva
Somos fuerza
Somos guerreras
Y yo grité Viva en voz baja cuando Mez terminaba de decir la última sílaba de cada verso. Me quedé con espamos en las piernas que asoman una próxima ejecución de fluidos. Aquella mujer de estatura media, cuerpa contrahegemónica, cabellera de los años del grueso punk, con la mirada más transparente, más vulnerable y expuesta, con una aguja que atravesaba un pedazo de piel en su sien izquierda –la cual frotaba con rigor cada determinado tiempo– me llenó de arcadas, de víceras, de ternura, de contunsiones mentales. Algunas escribieron su cuerpa… otras la lavaron. (10.07)